4 de julio de 2015

Encuentro de Jóvenes Investigadores


Inauguración del Encuentro


Estos días pasados he tenido la oportunidad de participar en el III Encuentro de Jóvenes Investigadores organizado por la Fundación Española de Historia Moderna, una excelente oportunidad para que los que nos iniciamos en el mundo de la investigación demos a conocer nuestros trabajos a los compañeros historiadores. 

Desde que supe de su celebración el año pasado no dudé en apuntarme, dado que la Fundación siempre prepara congresos que destacan por su excelente organización y por la calidad de los participantes. El año pasado en Sevilla, por ejemplo, disfrutamos de un congreso excelente, con ponencias y comunicaciones de gran calidad y con actividades culturales de gran interés para los que disfrutamos de la historia, como fueron las visitas a los Reales Alcázares o a Osuna. Este año no ha sido muy diferente: el Encuentro se componía de un total de 128 comunicaciones divididas en varias sesiones: Formas de poder, cultura material y civilización y familia, con jóvenes investigadores procedentes de toda la geografía española e incluso de Europa. Los asistentes, en este sentido, podíamos decidir a qué comunicaciones queríamos asistir. Dado que a mi me colocaron en la sesión de cultura material decidí asistir a las comunicaciones que la conformaban y salí con la sensación de que había un gran potencial, pues los trabajos presentados fueron en su mayoría interesantísimos. Sería injusto por mi parte destacar solo algunos, pero no puedo evitar mencionar los de Arianna Giorgi dedicado al estudio de las apariencias, el de Alfonso Gómez Díez dedicado a las denuncias falsas de brujería, el de Rocio Alamillos dedicado al uso que hacían las mujeres del mito brujeril para manipular la justicia o el de Jordi Bages dedicado al estudio de los recetarios y libros de cocinas catalanes. El único aspecto negativo del Encuentro fue el poco tiempo que teníamos para exponer nuestros trabajos, pues 10 minutos apenas son suficientes para plantear nada y, a veces, un determinado tema se queda en una mera anécdota, como fue mi caso. Pese a ello salí bastante satisfecha y no descarto en participar en futuros congresos y encuentros.

Durante mi comunicación

Como actividad cultural, la organización preparó una visita urbana por el centro histórico de Valladolid, una ciudad que todo modernista debería visitar al menos una vez en la vida, por lo relevante que fue durante la Edad Moderna española. La visita contó con una guía excelente que nos explicó todo tipo de detalles sobre los edificios más emblemáticos, como lo son la catedral, la Plaza Mayor o el Palacio de los Pimentel. 

Plaza Mayor y Ayuntamiento

Catedral

Palacio de los Pimentel, lugar de nacimiento de Felipe II

Iglesia de San Pablo, lugar donde se bautizó Felipe II

Palacio de los Vivero, lugar donde se casaron los Reyes Católicos

Interior del Palacio

Archivo de Simancas