17 de mayo de 2015

Mujeres científicas (III): Maria Sibylla Merian y el negocio de los bichos

Maria Sibylla Merian por Jacobus Houbraken (1700)


Maria Sibylla Merian nació en Frankfurt en 1647; era hija del artista y grabador Matthäus Merian el viejo. En el taller de su padre aprendió las tecnicas de la ilustración: dibujo, mezcla de colores, grabado de planchas de cobre. Desde los trece años, Maria actuó de manera informal como aprendiza de su padrastro, el pintor Jacob Marel (Su padre murió cuando ella tenía tres años) y con el aprendiz de su padrastro, Joachim Sandrat. Merian recibió, por tanto, una buena formación en dibujo y en pintura de toda clase de flores, frutas y pájaros, y en particular de gusanos, moscas, mosquitos y arañas.

Curiosamente, fue su formación en este arte la que dio a Merian entrada en la ciencia; el valor primordial de sus estudios de insectos se derivaba de su capacidad para captar con gran precisión de detallle lo que observaba. En los comienzos de la ciencia moderna, habitualmente, las mujeres hacían las veces de observadoras e ilustradoras. El éxito de una mujer como ilustradora se basaba en parte en su capacidad para adaptar a un nuevo campo las habilidades en las cuales las mujeres destacaban.

La educación de Merian se ajustó al modelo típico de la hija de un maestro de gremio, es decir, la hija formada como aprendiza de su propia casa. En 1665 Merian se casó con Johann Graff, uno de los aprendices de su padrastro, y la pareja se trasladó a Nuremberg. Aunque los dos eran pintores, Merian no trabajó como socia en el negocio de su marido, sino que fundó el suyo propio: la venta de finas sedas, satenes y linos que había pintado con flores de su propio diseño. Merian, además, reunió en torno suyo a un grupo de alumnas que eran al mismo tiempo sus ayudantes y aprendizas. 

Merian inició su carrera científica con la publicación en 1679 de su Maravillosa Metamorfosis y Especial Nutrición de la Oruga, un libro que aprehendía en imágenes la transformación de la oruga. Un estudio que surgió como consecuencia de años de observación e investigación. Su segundo libro, Neues Blumenbuch, lo publicó en 1680. Se trataba de un libro de flores, trazadas al natural, que proporcionó diseños para pinturas y bordados a los artistas gremiales. 


Ilustración 38 del Metamorphosis Insectorum Surinamensium

Tras doce años en Nuremberg, Merian regresó a Frankfurt en 1682 para cuidar de su madre, que había enviudado recientemente. Hasta entonces, Merian había vivido con su marido. En 1685 o 1686 lo abandonó y reclamó su nombre de soltera. Los periódicos de la época dijeron que Merian había dejado a su esposo después de veinte años de matrimonio a causa de los vergonzosos vicios de él (no se dicen cuáles). Una edición posterior del mismo periódico retiró esta información, insistiendo, por el contrario, en que la culpa de la separación la tenía Merian. Según esta, y posteriores noticias, Merian dejó a Graff a causa de cierto "capricho" y se trasladó con sus dos hijas a la comunidad labadista, una comunidad religiosa experimental. Según se afirmó, Graff acudió a la colonia labadista en un intento de hacer que Merian y sus hijas volviera a Nuremberg con él. Merian, sin embargo, se negó y Graff elevó el asunto a las autoridades de la ciudad. Merian fue públicamente censurada; al no responder, se otorgó a Graff la libertad para volverse a casar. 

La comunidad labadista empezó a disolverse en 1688; en 1691, Merian, tras la muerte de su madre, renunció a sus derechos cívicos en Frankfurt y se trasladó a Amsterdam donde se mantuvo junto con sus hijas haciendo el mismo trabajo que había hecho en Nuremberg. Al mismo tiempo, prosiguió su labor de ilustración científica, preparando, por ejemplo, 127 ilustraciones para una traducción francesa de la Metamorphosis et historia naturalis insectorum de Joanes Goedaert.

En 1699, a los cincuenta y dos años, Merian y su hija Dorothea zarparon rumbo a la colonia holandesa de Surinam para continuar las investigación de la primera sobre los insectos. Merian estuvo dos años recogiendo, estudiando y dibujando insectos y plantas de la región: reunía espécimenes en las primeras y frescas horas del día y los preparaba por la tarde. A su regreso a Amsterdam, Maria Merian empezó a trabajar en su principal obra científica, la Metamorphosis insectorum Surinamensium. En sesenta ilustraciones, Merian detalló los ciclos vitales de diversas orugas y gusanos y lombrices, polillas, mariposas, escarabajos, abejas y moscas. Una verdadera obra empírica. Además de mostrar la reproducción y el desarrollo de los insectos, las ilustraciones de Merian revelaron a Europa plantas nunca descritas ni dibujadas con anterioridad. Los entusiastas consideraron esta obra como "rara". 

Merian dejó huella en la entomología. Se ha dado su nombre a seis plantas, nueve mariposas y dos escarabajos. La Metamorphosis tuvo un gran éxito. Fue elogiada por multitud de eruditos, incluso por el zar Pedro I de Rusia. La independiente Merian, que escribió extensamente sobre su vida y su tiempo, pidió pocas disculpas por su sexo y sufrió escasas críticas el tipo al que tantas veces se enfrentaban las científicas, al menos mientras vivió. Su obra siguió gozando de popularidad durante todo el siglo XVIII y hasta bien entrado el siglo XIX.

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