9 de enero de 2015

Qué es la Historia Cultural. Peter Burke.


Antes de iniciar con mi entrada, quería pedir disculpas por todos los meses que he estado sin actualizar el blog. Podría poner mil excusas, pero la razón principal es que estoy en plena elaboración de la tesis doctoral y apenas he tenido tiempo o ganas para dedicarle a este espacio. Procuraré, desde ahora, intentar actualizarlo al menos una vez al mes (mínimo).

Me imagino que muchos de los que os acercáis a este blog, como amantes de la Historia, ya conoceréis Peter Burke. Eminente profesor de la Universidad de Cambrige, especialista en la Edad Moderna con la publicación de varias obras tales La fabricación de Luis XIV (1992) o El Renacimiento europeo. Centros y periferias (1998). No obstante, a Burke se le conoce principalmente por sus investigaciones sobre la llamada Historia Cultural, a la que ha dedicado varios libros: Formas de historia cultural (1997), Una historia cultural del humor (1999), etc. Hoy, sin embargo, quiero destacar una de sus obras que me han resultado esencial para conocer lo que es la Historia cultural: ¿Qué es la historia cultural? (2004). Un trabajo de  algo más de 150 páginas en la que Burke explica, de manera realmente sencilla y clara, qué es la historia cultural, cuál es su "origen" (Si es que podemos hablar de origen), su evolución a lo largo del siglo XX y su posible futuro. En definitiva, Burke ofrece en este trabajo una guía básica e imprescindible para entender qué es esta disciplina de la Historia que ha captado la atención de multitud de historiadores.

Tal y como explica en la introducción de su obra, la Historia Cultural se redescubre en la década de 1970 y desde entonces vive lo que el califica como un "renacimiento". No obstante, este auge está acompañado de serias dificultades que aún hoy no se han solventado, dificultades vinculadas con la definición de "cultura" y con la metodología de dicha disciplina. En cualquier caso, queda claro para Burke que el común denominador de los historiadores culturales podría describirse como la preocupación por los simbólico y su interpretación.

Establecer un "origen" de la Historia Cultural sería demasiado ambicioso. Burke ya señala en su trabajo Formas de historia cultural que historias sobre la literatura, el arte, la filosofía, etc. se venían haciendo desde épocas antiguas. No obstante, el nacimiento de la Historia Cultural tal y como la conocemos hoy día habría que situarla en la Alemania del siglo XVIII, tras lo cual el término "cultural" empieza a usarse en Gran Bretaña y Alemania a lo largo del XIX. Una primera fase es lo que Burke ha calificado cómo "clásica", pues los historiadores culturales de esta época se centraban en la historia de los clásicos o canon. Quizás los dos historiadores más representativos de este periodo sean Jacob Buckhardt y Johan Huizinga. Tras ellos surgió una serie de historiadores que trabajan al margen de los departamentos de historia, tales como Weber, Norbert Elias o Aby Warbug. 

Esta primera fase de la historia cultural, aunque tuvo un éxito considerable, tuvo que enfrentarse a una serie de críticas que dejaban a la luz los problemas de una disciplina naciente. Problemas en las fuentes, pues en ocasiones no se cuestionaba la fiabilidad de las mismas; los métodos, pues no se tenía claro cuál se utilizaba; y los presupuesto. Algunas de las crítinas provenían de la banda de historiadores marxistas, quienes reprochaban a los historiadores culturales el de carecer de contacto con cualquier base económica o social; así como el de considerar homogénea la cultural sin considerar los conflictos culturales. 

Hacia 1960 y 1970 se produce un giro antropológico, por lo que el término "cultura" empezó a emplearse en un sentido más amplio. A partir de la década de 1980 surge lo que se ha llamado la "Nueva Historia Cultural", un movimiento internacional que atrajo a historiadores de otras disciplinas como Roger Chartier. El principal antropólogo que inspiró a los historiadores culturales de la última generación fue Clifford Geertz que describía la cultura como "un patrón históricamente transmitido de significados encarnados en símbolos, un sistema de concepciones heredadas expresadas en formas simbólicas mediante las cuales los hombres se comunican, perpetúan y desarrollan su conocimiento de la vida y sus actitudes hacia ellas". El interés por lo antropológico se hizo evidente rápidamente, y muchos historiadores que en un principio se definían como marxistas, en la década de 1960 se volvieron hacia la misma en busca de un modo alternativo de vincular cultura y sociedad. 

En 1980 la Nueva Historia Cultural se convierte en la forma dominante de historia cultural. El adjetivo "cultural" la distingue de la historia intelectual sugiriendo el acento en las mentalidades, las presuposiciones o los sentimientos más que en las ideas o los sistemas de pensamiento. La palabra "cultura" sirve, además, para distingur a la NHC de la historia social. Este nuevo estilo debe verse como respuesta a la expansión del ámbito de la "cultura" y del surgimiento de lo que se ha dado en llamar "teoría cultural". Son cuatro los teóricos que destacan en este momento: Mijail Bajtin, Norbert Elias, Michel Foucault y Pierre Bourdieu. Estos han alentado a los historiadores a interesarse tanto por las representaciones como por las prácticas. Hay que puntualizar que la NHC no se caracteriza por las innovaciones metodológicas, pero sí que con la ayuda de los nuevos conceptos se ha descubierto y explorado una multitud de temas novedosos. La NHC, además, no ha estado exenta de controversias, sobre todo en lo que se refiere a la "representación" que parece implicar que las imágenes y los textos se limitan a reflejar o imitar la realidad social. Sin embargo, esa implicación ha sido vista como algo "incómodo". Frente a ello se ha empezado a hablar de la "construcción" de la realidad por medio de las representaciones dando lugar al giro "constructivista". 

Finalmente, Burke se pregunta si no ha llegado la hora de una fase todavía más nueva o si esa fase ha comenzado ya. Plantea una serie de escenarios alternativos para la Historia Cultural. El primero sería lo que el llama el "retorno de Burkhardt", es decir, la reactivación del énfasis de la historia de la alta cultura; el segundo sería la de abarcar ámbitos previamente ignorados como la política, la violencia y las emociones; el tercero hace referencia a la idea de que se ha cedido demasiado terreno a la cultural y sugiere el nacimiento de un género híbrido entre historia cultural e historia social.

Burke, Peter: ¿Qué es la historia cultural? Barcelona, ed. Paidos, 2005.