29 de diciembre de 2013

Introducción de la medicina moderna en España

Portada Introducción de la Medicina moderna en España 

En los últimos días, debido a los nuevos derroteros de mi investigación centrados ahora en la medicalización de los monstruos en la Monarquía Hispánica, he estado enfrascada en la lectura de Introducción de la Medicina moderna en España de Rafael Ángel Rodríguez Sánchez. Un libro que me ha parecido muy interesante e ilustrativo por diversas razones, en primer lugar por la forma que el autor tiene de transmitir las ideas, explicando de manera clara y sencilla conceptos como la medicina galenista, la medicina moderna o la medicina defendida por los novatores, el momento de transición de una medicina a otra, el concepto de revolución científica. Para ello, el autor hace gala de un estilo muy sencillo, llano y cercano al lector lo que prueba de que para hacer un libro científico no se tiene porqué hacer uso de un estilo artificioso, cargado de palabras que estilísitcamente son preciosas pero que a la hora de entender conceptos dificulta más que facilita la compresión del lector. Asimismo, Rafael Ángel no duda en repetir explicaciones cada vez que desea exponer una nueva teoría o idea, así si en los primeros capítulos explica en qué se basa la medicina galenista no duda en hacerlo otra vez en los capitulos posteriores cuando habla de la revolución científica en sí misma. Es cierto que esto podría resultar pesado pero la verdad es que supone una gran ayuda para aquellos que no estamos ciertamente familiarizados con el tema. En segundo lugar, lo que hace interesante a dicha obra es la capacidad que tiene de exponer de forma clara y universal cómo era la medicina en los siglos XVI, XVII y XVIII sin entrar en complicaciones y ofreciendo al lector un panorama claro de todo el proceso evolutivo de esos siglos.

Pongo aquí un breve resumen del libro siguiendo el índice del mismo:

Los dos primeros capítulos titulados "Los galenistas y los modernos. Consideraciones generales", "El punto de partida. La situación de la ciencia española en el siglo XVII" no son más que capítulos introductorios que le sirven al autor para, primero, explicar qué es la medicina galenista e hipocrática que tenía su fundamento en Aristóteles por la que consideraba al organismo humano como un combinado de cuatro elementos y humores, gobernados además por el alma como principio rector, siendo el equilibro de éstos los que garantizaba la salud, Y segundo, la medicina moderna, iniciada a mediados del siglo XVI en Europa gracias a la labor de innumerables figuras como Vesalio (revolución anatómica), Harvey (circulación de la sangre), etc. Y que dio lugar tanto a la iatroquímica por la que era posible explicar el cuerpo como humano y todo lo que en él acontecía en base a "reacciones químicas", y la iatromecánica en la que se asemeja al cuerpo humano a una máquina. 

El segundo capítulo lo dedica a evaluar la situación general de la medicina en el siglo XVII. Incide en el atraso científico de las universidades en que ésta se seguía basando en la lectura y los comentarios de textos de las obras de Galeno, Hipócrates, Avicena, etc. Una institución que no ignoraba las novedades que venían de Europa pero que no solo no las aceptaba sino que además las rechazaba con gran vehemencia, criticando a aquellas instituciones que si las abrazaba tales como la Regia Academia de Medicina y otras Ciencias de Sevilla. Fueron instituciones como estas y las tertulias las que motivaron la investigación y desarrollaron novedades. 

El tercer capítulo titulado "Comienza el cambio. La transformación de la práctica médica. De sangrías, purgas y remedios químicos", supone ya el comienzo del cambio en la medicina española, un cambio que se inicia con el surgimiento de las llamadas "polémicas", escritos donde se defendían y refutaban teorías propias y opuestas. Un fenómeno en el que participaron las principales figuras médicas del momento divididas en galenistas y modernos o novatores. Unas polémicas centradas sobre todo en temas tan controvertidos como la circulación de la sangre, la digestión, las sangrías, la quina como medicina o el antimonio. Si bien los galenistas se oponían a la circulación de la sangre, ofrecían su particular explicación sobre la digestión, defendían las sangrías como método terapéutico y rechazaban los medicamentos como la quina y el antimonio, los modernos o novatores eran todo lo contrario. Este capítulo se complementa con el cuarto, "El debate se vuelve más filosófico. De átomos, formas sustanciales y escépticos" en la que el autor se centra en las polémicas con temas más epistemológicos teniendo como protagonistas grandes figuras tales como Martín Martínez o Benito Feijóo.

En el  capítulo quinto "Tras la tempestad llega la calma" el autor hace especial hincapié en una fecha: 1727 que él considera clave para el cambio de orientación en la situación cultural de España. En este momento se produce la incorporación de las nuevas doctrinas y da lugar a dos nuevas actitudes: escepticismo y eclecticismo. Ambas rechazaban los sistemas filosóficos cerrados y omniabarcantes. Es en este momento cuando la mayoría de los intelectuales mantienen lo que les parece razonable de lo antiguo y aceptan muchos de los nuevos planteamientos. 

Los capítulos sexto y séptimo no son más que un homenaje a las grandes figuras y a la institución cientifica del momento. En "Un recuerdo para los grandes" el autor resalta las figuras de Juan de Cabrida, Juan Muñoz y Peralta, Martín Martínez y Benito Feijóo. Todos ellos contribuyeron al avance de la medicina. En "Un elogio de justicia par Sevilla", el autor resalta la función realizada por la Regia Academia de Medicina y Otras Ciencias de Sevilla que define de manera acertada de la siguiente forma: Podemos decir de ella que se trató de una reunión de galenos, que no galenistas, que querían para mejor desarrollar su arte, conocer y aplicar los nuevos descubrimientos científicos como la circulación de la sangre, las transfusiones de sangre y el uso de la quinina.

Los tres siguientes capítulos son complementarios. El octavo, "¿Hubo en España una revolución científica al estilo de Kuhn?", es la base de todo el libro. El autor intenta demostrar que el cambio producido en la medicina española se aplica la teoría de Khun sobre lo que significa una revolución científica, esto es, el cambio de un paradigma antiguo y sin valor, por otro completamente nuevo y avanzado y, por tanto, más certero. No es cuestión de entrar en todo lo que el autor explica sobre Khun pero, en definitiva, acepta que si bien es cierto que en la medicina se produce un cambio de paradigma -del rechazo a la aceptación de la circulación de la sangre, por ejemplo-, no se puede decir que la teoría de Khun encaje al 100% ya que la introducción de la medicina moderna en España no es, sin más, una sustitución del paradigma antiguo por el moderno sino que hay una victoria del moderno, pero integrando elementos del antiguo. Los capítulos novenos y décimos tratan sobre las dificultades y las facilidades que se dieron para esa revolución ("Causas que dificultaron la revolución científica española", "Causas que facilitaron la revolución científica española").

El último capítulo, "El sabio escepticismo como nuevo aire ilustrado", sirve de conclusión. Antes de que se produjera lo que se conoce como Ilustración, las polémicas en torno a la medicina dieron lugar a un fenómeno llamado escepticismo del que participaron pre-ilustrados e ilustrados. Este movimiento estaba dividido en tres: depurador, fundamentados y ecléctico. El primero supone el rechazo de un saber que, los escolásticos del momento por su poca talla intelectual, se habían acostumbrado a validar simplemente por tradición. El segundo defendía que la mejor actitud para enfrentarse con los misterios de la naturaleza era la duda, entendida ésta como un espíritu vigilante que persigue la constante mejoria y que cuenta siempre con el apoyo de la información de los sentidos. El ultimo defendía que ante la falta de seguridad en las ideas, era necesario tomar de "aquí y de allá" lo que era válido. En este sentido, los modernos se habían hecho más escolásticos y los escolásticos  se habían hecho más modernos. 


Fuente:

Rodríguez Sánchez, Rafael Ángel: Introducción de la medicina moderna en España, ediciones Alfar, 2005. 

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