16 de enero de 2011

Manifiesto ignorado

Durante mis años en la carrera de Historia, e incluso después en el Máster, escuché en diversas ocasiones la importancia que el Patrimonio Histórico tiene para la cultura pues no sólo por su valor como algo antiguo conservado a lo largo de miles de años, sino porque, de forma simbólica, recuerda a la sociedad actual hechos pretéritos, mantienen fresca en la memoria de los hombres los acontecimientos históricos para que aprendieran de ellos. Las Pirámides Egipcias, el Taj Mahal, el Coliseo, el Teatro romano de Cádiz, desde lo más "mundial" (Coliseo, etc.) a lo más "local" (Columbarios de Cádiz). Todo resto pretérito debía ser conservado y por ello se esforzaron para promulgar leyes, tanto a nivel nacional como a nivel autonómico. Todo eso se nos fue transmitido como si de una regla de tres se tratara, de tal manera que nosotros, meros estudiantes, creíamos que utópicamente todo lo que apareciera se respetaría. Parece que eso no lo aprendieron los constructores que se hallaron con restos del Real Hospital de Segunda Aguada, restos que han sido arrasados antes de que cualquier protesta pudiera ser dicha o escuchada. Y es que el mismo día que salía en el Diario de Cádiz un manifiesto para la defensa de la conservasión de los mencionados restos, éstos fueron destruidos sin ningún cargo de conciencia y como si de simples piedras se trataran. Y, obviamente, esto no puede más que llamar la atención pues ahora que tanto bombo se está dando al dichoso Bicentenario de la Constitución de 1812, unos restos como los del mencionado hospital no podrían más que ser beneficioso. Ya que éste no fue un hospital cualquiera, sino que en él estuvieron muchos soldados que habían participado en la famosa batalla de Trafalgar, se acogió a multitud de gaditanos que padecieron fiebre amarilla a principios del siglo XIX, asimismo, atendió a multitud de heridos en la Guerra de Independencia. ¿Qué podía ser más rentable que un resto como los de este Hospital para un Bicentenario como el que se aproxima? ¿Qué puede tener más valor que la memoria Histórica de nuestra Tacita de Plata únicamente valorada, en ocasiones, por su Carnaval y la pasión futbolera? Pienso que nuestra ciudad debería ser valorada no sólo por lo que aparenta tener, sino por lo que en realidad tiene y lo que tiene es una rica Historia como pocas ciudades pueden presumir.
Casualmente, días después de que se anunciara, al menos días después en que yo recibiera información de que los restos habían sido destruidos, el PSOE salta a la palestra para defender la conservación de los restos. Ciertamente no hubiera estado mal que hubiera saltado un poco antes. Hoy es el profesor Alberto Ramos quien, a través del Diario de Cádiz, ha alzado su voz para denunciar la mencionada destrucción. Es una lástima que todas estas palabras no sean ni leídas ni escuchadas.
Por mi parte, no cabe más que preguntarme si toda esa teoría que se da en las aulas verdaderamente se lleva luego a la práctica, que todo eso de la conservación del Patrimonio Histórico, todas esas leyes, son luego cumplidas, o si se cumplen en algunos casos y en otros no, dependiendo de la rentabilidad. Estaba claro que para el Ayuntamiento de Cádiz era más rentable destruirlos que conservarlos. Se ha preferido eliminar una parte de nuestro pasado que conservarlo, por suerte no se puede hacer lo mismo con todo, y en nuestra memoria queda este acto que, como dice Alberto Ramos, "se ha realizado en Navidad y con alevosía".

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