20 de diciembre de 2010

Teatro Balbo en Roma (Javier Fornell)

Roma esconde en su subsuelo demasiadas maravillas como para lograr sorprendernos. Y sin embargo a veces lo logra. Así en 1981, en plenas obras del metro de la ciudad, los técnicos encontraron algo diferente. Un edificio porticado, con cuatro grandes columnas y un fresco bien conservado que representaba una ciudad situada en una luminosa isla. Inmediatamente los arqueólogos entraron en acción pudiendo comprobar que no estaban ante un hallazgo común, sino ante el tercer teatro más grande de la vieja ciudad imperial. El teatro que Lucio Cornelio Balbo, el menor, mandó construir en la ciudad entorno al año 20 a.C. El gaditano, necesitaba recuperar el prestigio perdido tras el asesinato de Cesar –al que la familia estaba totalmente vinculado, sobre todo por la gran relación del tío de Lucio con el dictador- y para ello construyó el teatro Balbo. Con capacidad para 7700 personas, el recinto se convirtió en el tercero más grande de Roma pero, según las crónicas, en el más lujoso y el fresco descubierto parecía demostrarlo.

El edificio sufrió un incendio en época de Tito siendo reconstruido posteriormente pero, lentamente, fue cayendo en el olvido. Hasta el punto de que el lugar fue elegido para las obras llevadas a cabo en el Campo de Marte pensando que en el lugar (entre las iglesias de Santa Caterina dei Funari y San Stanislao dei Polacchi) no escondía tesoro arqueológico alguno. Y fue allí precisamente dónde salió a la luz la Cripta Balbi (hoy centro del Museo Nazionale Romano dedicado, principalmente, a escultura), anexa al teatro primigenio y que desde el pasado año 2010 y tras 20 años de restauraciones, ha sido abierto al público creándose un espacio dedicado a los modos de vida del siglo I y que, desde el pórtico del teatro de los Balbos (en continua excavación) y atravesando los diversos recintos que componen el Museo (desde la cripta hasta el Palacio Altemps -s. XV-, el Palacio Massimo alle Terme -s. XIX- y las Termas de Diocleciano).

15 de diciembre de 2010

Hallada estatua en Israel


Parece que la tormeta no sólo ha causado estropicios en Israel sino que ha permitido que salga a la luz una escultura romana de 1.700 años de antiguedad. La estatua ha sido localizada en Ashkelon cerca de Tel Aviv en Israel tras las lluvias que en estos días han afectado a la zona. Esta escultura mide 1,2 metros y, según el arqueólogo, Yigal, fue importada de Italia, Grecia o Asia Menor. Le faltan las manos y la cabeza y es posible que representara a Afrodita. La mujer representada está apoyada en una columna cuadrada de piedra, su ropa fue esculpida meticulosamente, los dedos de sus pies son delicados, y se aprecian sus sandalias y sus formas femeninas. Es posible que la escultura cayera de un precipicio a una altura de 10 metros cuando se derrumbó el acantilado donde no se hallaba, pero no sufrió daños.

14 de diciembre de 2010

Llamadme Cabrón


Para mí es un verdero placer acercar a través de mi blog, los trabajos de amigos y conocidos. Hace ya bastantes entradas anuncié aquí el trabajo de José Joaquín Rodríguez y hoy les acerco el trabajo de Francisco Javier Fornell. Éste a lo largo de su investigación sobre los linajes gaditanos se encontró con un personaje peculiar: Pedro Hernández Cabrón, un pirata gaditano del siglo XV. Se sintió tal atraído por el personaje que no pudo evitar "novelar" su historia y durante un tiempo lo hizo a través de su blog: Catandur. Y ahora ha podido sacarla a la luz gracias a Ediciones Mayi.
El libro más que una novela histórica es una "historia novelada", tal y como lo define el autor. En ella se prentende dar luz a aquellos momentos que por una causa u otra se desconocen de la vida del pirata, haciendo casi un relato biográfico. La historia se trata de una manera casi personal, ya que la vida de Cabrón es relatada por su compañero de aventuras Fernán. Éste tratará de presentarnos a un hombre cruel, violento, dispuesto a enfrentarse a lo que sea por un puñado de oro, un hombre que va cambiando a lo largo de su vida y que resulta ser un personaje fascinante. El autor lo hace siguendo una linea argumental coherente, en ocasiones con saltos temporales y con un exceso de párrafos descriptivos, pero al mismo tiempo es una novela amena y entretenida. Es una novela que puede ser leída por todos los públicos, permitiendo que tanto adolescentes como adultos conozcan a este personaje de la historia gaditana que se ha ido olvidando a lo largo de los años.
Llamadme Cabrón es un buen ejemplo de novela documentada, se parte de una base totalmente real y se mantiene fiel a la Historia. La imaginación entra en juego cuando la Historia no puede, pero no crea ni inventa nada sino que imagina desde una perspectiva de base real. Es posible que no sea la mejor novela de los siglos pero sí que es una novela que permite conocer una época y un personaje. La recomiendo a aquelos lectores que les guste la historia y que les guste acercarse a ella de manera amena.