9 de noviembre de 2009

André Le Nôtre, el jardinero de Luis XIV

No sé si han tenido el placer de visitar el Palacio de Versalles en París, yo tuve esa oportunidad hará unos 6 años en un viaje cultural organizado por mi colegio cuando tenía 16 años y he de decir que lo que más recuerdo del Palacio no fue su interior, un teatro donde la nobleza se convertía en espectador de la vida del rey, sino su exterior, su magnífico exterior. Hoy sé que ese exterior se lo debo a un hombre: André Le Nôtre y es por eso que me decidí a escribir esta entrada.


André Le Nôtre nació en París en 1613 y era el mayor de cuatro hermanos. Su abuelo aparecía citado como jardinero, frutero y ciudadano de París en un acta de 1572 y estaba encargado del cuidado de seis paterres de los jardines del Palacio de las Tullerías; y su padre lo hizo en 1610, pero como primer jardinero, e incluso sus dos hermanas estaban casadas con jardineros. Este hecho pone de relieve la importancia que éstos tenían para la familia real, aún cuando el conjunto mantenía todavía una aparencia prácticamente pueblerina.


Nada se conoce de la casa natal de André, pero se sabe que se encontraba en el límite norte de las Tullerías, por lo que el joven André presenció de cerca las transformaciones del jardín donde trabajaba su familia y los mejores especialistas de Francia. No se conocen los datos reales sobre la primera educación de Le Nôtre, pero no cuesta imaginarlo en paterres de los jardines ayudando a su padre. Tampoco se conocen los motivos que le llevaron al Louvre, sin embargo se sabe que pasó allí seis años junto con Simon Vouet. Fue allí donde aprendió el oficio de pintor dedicándose al estudio de la perspectiva. De esta forma, por dos vías de conocimiento: tradición oral y práctica de su familia y el estudio de los tratados, André tuvo a su disposición los nuevos principios del arte del jardín a la francesa. La aplicación de estos conocimientos y el uso de unas escalas totalmente nuevas le permitió configurar unos diseños muy hermosos que se convirtieron en la gran novedad de la técina jardinera.



En 1635, a los 22 años, André se convirtió en "Primer Jardinero de Monsieur, hermano del rey" y en 1637 recibió un diploma que lo instituía como colaborador de su progenitor hasta su muerte. En 1643 entró al servició de Luis XIII como inspector de jardines, ocupando el puesto que ocupaba su padre. Pero su gran oportunidad llegó con Vaux-le-Vicomte, palacio perteneciente al intendente Fouquet, en 1657. Se puede decir que fue su carta de presentación y le permitió demostrar que la arquitectura de jardín era una disciplina que más que acondicionar debía inventar y desarrollar su buen gusto de jardinero y una ciencia consumada del detalle. Fue en Vaux-le-Vicomte donde se vio por primera vez un verdadero decorado acuático integrado en el plano y donde el carácter ornamental cedió en importancia a la función organizadora.








El 17 de agosto de 1661 Fouquet inauguró el edificio ofreciendo allí una fiesta a la que invitó a unas 600 personas para que conocieran al rey. Tras una cena, se estrenó una comedia-ballet de Molière con decorados de Le Brun y música de Lully. Sin embargo, la recepción se convirtió en la fiesta de despedida del anfitrión, pues tres semanas más tarde, Fouquet fue detenido por malversación de fondos. El rey había examinado el lugar con detenimiento y concluyó que la ostenación de Fouquet era impropia de un súbdito por lo que lo metió en la cárcel. Se confiscaron todos sus bienes y Colbert (enemigo de Fouquet y principal consejero de Luis XIV) se quedó con sus artistas (Le Nôtre entre ellos) para que entraran al servicio del rey. Sin duda alguna, Luis XIV, al visitar Vaux-le-Vicomte, visualizó lo que en un futuro sería Versalles, por lo que Colbert, para dar el capricho al rey, trasladó a París al equipo de arquitectos, escultores, pintores, compositores y poetas para llevarlo a cabo,



En Versalles, Le Nôtre llevó a cabo sun gran obras. Versalles había sido el lugar escogido por Luis XIV para instalar la Corte de París y para que fuera el símbolo de su grandeza. Los motivos que llevaron a Luis XIV para situar allí su corte son hoy un misterio, de hecho cronistas de la época como Saint-Simon criticaron la elección del lugar, pues era una zona poco apta para llevar a cabo un proyecto arquitectónico de tal envergadura.


Obviamente, Versalles no surgió de la nada, en 1624 el arquitecto Philippe le Roy había construido allí para Luis XIII un pequeño palacio con jardines de Jaques de Nemours destinado a la caza. Luis XIV cogió cariño a Versalles rápidamente y ordenó a Le Vau que hiciera pequeñas modificaciones. Pero en 1668, comenzó a proyectar cambios más notables. En 1669 se decidió por fin aprobar el palacio antiguo con un edificio nuevo que lo ocultase totalmente por el lado del jardín, pero que dejese las fachadas originales del patio a la vista. Versalles exhibió un verdadero dominio de los principios clásicos de la arquitectura clásica y, además, un sentido de la gran escala.





El resultado exterior, como he dicho, dependió enteramente de Le Nôtre que aprovechó con gran habilidad y sentido del recurso los accidentes del terreno. Hacia 1680, lo esencial de la estructura y un buen número de obras ya estaban ubicadas. La función de este gran jardín fue la de servir de escenario para las grandes fiestas al aire libre que daba Luis XIV. En estas ocasiones se combinaban todos los artes, pues se representaban comedias-ballets y óperas superiores a las de Vaux-le-Vicomte escritas por Molière y Lully, y contando con Gissey y Berain para los decorados y vestuarios. Se instalaron teatros provisionales, se ofrecieron espectáculos de fuegos artificiales, y en el Patio de Mármol se organizaron cenas a la luz de las antorchas. Estas actividades fueron suspendidas antes de la Revolución francesa debido a los gastos de mantenimiento, pues éstos superaron a la capacidad de las arcas reales.
Paralelo a la obra de Versalles, André Le Nôtre, también trabajó en otras propiedades del rey o príncipes. De esta forma, tanto parques como jardines privados-como el Trianon- surgieron también del talento de Le Nôtre.
Por último, cabe mencionar la importancia de André en Europa, por ejemplo, con 65 años marchó a Italia donde fue recibido con honores hasta por el propio Papa Inocencio XI, quien le pidió diseñar un nuevo decorado para la residencia de Camigliano. También se sabe que participó en la remodelación del parque real de Hampton Court, de St James, Whitehall y Greenwich en Inglaterra a través de instrucciones dada por correspondencia a jardineros franceses instalados allí.
Le Nôtre murió a los 87 años (1700), ajeno a las expectativas que había generado y feliz de haberse convertido, sencillamente, en un jardinero que hizo de los vergeles su lugar de placer y escenario de su éxito.
FUENTE:
GARCÍA SÁNCHEZ, Laura: "Los jardines de André Le Nôtre en la Francia de Luis XIV" en Historia 16, Editores Historia Viva, Madrid, 2000. Nº 293, pags 10-21.

4 comentarios:

  1. jeje que recuerdos de cuando estubimos por esos jardines ^^
    no veash la calor q hacia!! y lo caro q era tooooo xD

    El jardin desde luego es para verlo, recuerdo q llegaba hasta el horizonte! impresionante!

    ResponderEliminar
  2. pues sip!!! lo que daría por volver alli!!!

    ResponderEliminar
  3. estuvimos xD

    ayss si sq escribo mu rapido y mal...

    ResponderEliminar
  4. Has olvidado una frase importantísima de la historia de la humanidad: "¡Cago en mi calabera!".

    ResponderEliminar