4 de junio de 2007

Elizabeth, una Emperatriz desdichada.



Para mí es un honor dedicar un post a Elizabeth, emperatriz de Austria-Hungría. Y es un honor porque es una de los personajes históricos que más admiro, por su personalidad extravagante y por esas películas de Romy Schneider que me hicieron creer en una mujer dulce, todo lo contrario de lo que en verdad era dicha emperatriz, se puede decir que la ficción nunca estuvo más lejos de la realidad. Sin duda alguna, si la emperatriz se hubiera visto en dicha película se habría reido por esa figura cómica que representa Romy en dichas películas.




Elizabeth fue admirada y odiada, criticada y alabada, pero sobretodo fue una mujer adelantada a su tiempo, con unos pensamientos firmes y que no encontraba mejor compañía que la soledad de los bosques y las montañas de Munich, su tierra natal.


Como he dicho, Sissi, nació en Munich, el 24 de diciembre de 1837. Hija de Ludovica y de Maximiliano de Baviera. Éste fue un matrimonio de conveniencia nunca bien avenudo. No estaba destinada a ningún alto cargo por lo que vivió una vida sencilla, en la naturaleza (que siempre llevó en el corazón) y educada en la ternura de su madre.

Sissi tampoco estuvo destinada a ser esposa de Francisco, sino su hermana Helena. Sin embargo, áquel se enamoró perdidamente de Sissi vestida de campesina y con trenzas. Sin duda alguna, Francisco sintió hacia su esposa acaso más amor del que ella sintió por él, de hecho fue ella la que le buscó los amantes al emperador (Anna Nahowsk y la actriz Catalina Schratt).

Sissi y Francisco José se casaron en 1854. Ella tenía 16 años. Francisco José vivía muy apegado a su madre, la archiduquesa Sofía, quien quiso modelar a Sissi para ser una gran emperatriz, algo que nunca logró. Sissi además contó con numerosas enemigas en la corte vienesa entre ellas a su dama de la corte, la condesa de Esterhazy. Su marido, la amó pero se sintió muy apegado al cargo de Emperador con lo cual no le fue de mucha ayuda.

La emperatriz fue madre pronto. Su primera hija, Sofía, murió a los dos años, le siguieron Gisela y Rodolfo. Todos fueron arrebatados por la archiduquesa pues pensaba que ella los educaría mejor. Sissi sólo intervino cuando el preceptor de Rodolofo abusó de él. Únicamente se sintio madre cuando nació María Varela.

Sissi mostró sintomas de una extraña enfermadad, quizás depresión, y para curarse marchó a Madeira y a partir de ahí emprendió una serie de viajes ganándose el apodo de emperatriz "viajera" con su propio yate "Miramar".

Tenía además una serie de manias que hicieron que fuera muy criticada como el hecho de montar a caballo, el instalar un gimnasio en palacio, la caza del zorro, y sobretodo la conservación de su físico, media 1,72 cm, no pesaba más de 50 kilos y mantuvo una cintura de 40 cm. Esto hace que muchos médicos hoy le diagnostiquen anorexia.

Pocas veces Sisi posó para los pintores, de hecho los últimos años de vida tapaba su cara con velo o con los abanicos. Tuvo varios amores como el conde Andrassy o Middleton, casi siempre fueron amores platónicos que no consumados. Era cosciente de los cambios políticos y defendió la causa húngara.


La mañana del 10 de septiembre de 1898, la emperatriz, que iba acompañada de Irma Sztáray, mientras paseaba por Ginebra, cerca del embarcadero, fue atacada por Ligi Luccheni, un anarquista de 25 años, con un estilete que le clavó en el corazón. La Emperatriz siguió andando, pero, al desabrocharle el corsé, una mancha de sangre presagiaba lo peor. Moría una mujer, nacía la leyenda. Su asesino se suicidó en la celda en 1910. Y Sissi fue enterrada en la Cripta de los Capuchinos, justo donde no hubiera querido estar nunca.




Quiero destacar un texto que relata los últimos momentos de su vida como si fuera ella misma quien lo escribiera:

"Sentí, como entonces, un frío inmenso, un frío que helaba mi cuerpo y mi espíritu, del que sabía que nunca podría recuperarme, y apreté la cara contra la piel del sillón para no ver todas las imágenes que se entremezclaban en mi mente: los ojos tiernísimos de mi madre intentando esconder su pena, los ojos amantes de Francisco ofreciéndome las flores en el cotillón, el día de su cumpleaños, los ojos heridos de Helena, los ojos torvos de mi suegra, los pequeños ojos, aún llenos de miedo, ya suplicantes, de Rudi recién nacido, cuando yo intentaba acercarlo a mis senos para que mamase toda la ternura que me crecía dentro, por las venas, amenazando estallar mi pecho, los ojos de tierra y lluvia de Bay Middleton, que apenas me miraban para no arder en chispas de deseo, los miles de ojos que a lo largo de mi vida me habían vigilado, perseguido y acusado... La vida era un infierno, un infierno de miradas inflamadas, lastimeras, reprobadoras, miles de miradas clavándose en mí, llegando hasta dentro de mi corazón, hurgando en mis tripas, impidiéndome vivir en paz..."

Sissi tuvo lo que cualquier muchacha hubiera deseado, era Emperatriz y tenía el amor de un emperador, sin embargo encontraba mas felicidad en la soledad del bosque y en sus viajes. Siempre pensó que hubiera podido amar a Francisco si no hubiera sido emperador, su rechazo hacia el protocolo hizo que ese amor no saliera adelante. Yo sin embargo veo en esta mujer, alguien excepcional que me produce una gran atracción, una persona que si pudiera conocerla no lo dudaría. Me quedo con una frase dicha en un documental que se me quedó grabada en la memoria. Decía refiriendose a Francisco:


"Solo él supo que no se podía mantener a una gaviota en una jaula".

Esta frase define perfectamente a Sissi.

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